6 de diciembre de 2006

Jorgelina desde Santa Fé

Jorgelina desde Santa Fé

Hola, soy Jorgelina y estuve el sabado pasado en el Solar de las Artes, en Santa Fe.
Primero que nada quiero decirte que me gustó muchísimo tu música, las armonías y las letras.....tienen una energía increíble.......particularmente me gustó Vacío y 20/21.
Creo en eso.......definitivamente.
Me gustó muchísimo escuchar tu música, trataré de ir cuando vuelvas. Gracias, se nota cuando uno hace las cosas con pasión, sobre todo en las artes.
Y otra cosa....cuando leíste la carta de tu prima astrofísica, supe que tenía que pedirte un favor, si es que podés, y en el tiempo que sea......ya que hace años estoy buscando y puedo esperar un poquito aún, jaja.
Necesito que le preguntes a ella, si me puede pasar el dato de donde conseguir un libro. Se llama: "La interpretación de los mundos múltiples de la mecánica cuántica" de Hugh Everette, creo de 1959.
Se que es un poco loco, pero no puedo no pedirte este favor......si podés mas vale.
También se me ocurre ahora que si tiene mail, le mando yo el dato del libro, quizas mejor para vos.
Hace años lo busco, hasta lo busco un prof. de Física y nada.......por ahi.....
Como sea, un gustazo conocerte a vos y a tu música, que son uno!!!!!!!
Saludos y los mejores deseos.
Jorgelina

sonia desde la palma, canarias

sonia:

A veces sólo otro puede enseñarte tu casa. A veces el otro, el desconocido o el amigo, el enemigo, el amante o el hermano, es el único capacitado para descubrirte lo irremediablemente unido a tí. Cuánta sabiduría, qué receta maravillosa, poner la distancia justa entre uno y el mundo, o darle al otro, tan generosamente, los hilos finísimos que unen las cosas a nuestra propia mirada. Cuando alguien es invitado a nosotros, como si fuera invitado a nuestra casa, ve cosas que nosotros mismos, tan cerca de nosotros mismos, no alcanzamos a ver. Acaso sea una contradicción que el otro pueda llegar a ofrecernos una imagen nueva de nosotros... nosotros que somos tan nosotros, que estamos tan con nosotros cada vez... es tan cierto... no es lo mismo mirar de lejos el paisaje que perderse en él. Hace sólo unos meses que descubrí las canciones de Daniel Drexler. Desde entonces y a pesar de "las distancias" volví a leer los rincones de mi casa. Daniel Drexler me habló de una playa que se deshace en el horizonte de la isla de La Palma. Me habló de un teatro donde a la hora de las brujas, alguien, aún sin identificar, elabora la carta de navegación de la galaxia. Daniel Drexler me mostró otra vez, de otra forma, mi casa, me mostró a mí en mi casa, me trajo de regreso. Músico, poeta, aviador del otro lado, Daniel deja su huella de astro en la mitad de este día, en la mitad de cada día de escucharle. Es más fácil así mirar las nubes. Daniel canta el haiku, escribe un pájaro sin sombra. Su profundidad reinterpreta el vacío, ilumina nuestra idea del "no hay". Creo que busca el tiempo-espacio por el que se cuela la luz y nos encuentra a nosotros, que lo encontramos, justo ahora, cuando creíamos haber perdido la imagen perfecta de lo que vendrá. Su guitarra enciende la luz. El mar lava su voz. Su voz canta la casa. La casa que nos enseña el otro y que nunca se cierra. Gracias Daniel por venir a mi casa, y mostrarme mi casa.A propósito de su viaje a La Palma (Canarias) y su concierto ofrecido en Buenos Aires el 2 de noviembre de 2006.